La clave para tener una melena cuidada y sana empieza por su cepillado. Aunque pueda parecerte una simpleza, cada tipo de cabello tiene una serie de necesidades, y en ello también está las diferentes posibilidades de cepillado. Dependiendo de que el pelo sea fino, rizado o lacio, va a necesitar que se le cuide de una forma determinada. Precisamente para dar luz a este tema, y que puedas cuidar tu pelo como merece, hemos escrito este post.
Para empezar, debemos de hablar de los tipos de pelo que tenemos. Diferenciamos entre 4 tipos:
EL pelo liso: suele ser hebras de diferente grosor, tiene luminosidad y suele ser resistente, aunque también podemos encontrar el pelo liso, fino y quebradizo. Este pelo, suele ensuciarse más gracias a sus propios aceites naturales. Para ello es ideal lavarlo con un champú que reseque y que sea ligero. Es un pelo que se cuida de forma muy sencilla. Un cepillo de dientes anchos, que evite encrespamiento, y será suficiente para lucir un pelo rediente.
Pelo ondulado: Vive en medio del liso y del rizado. Es el cabello más común y es uno de los más versátiles para conseguir diferentes looks. En este caso, suele necesitar un lavado cada dos o tres días, y desenredarlo con suavidad, para luego olvidarte de tocarlo con cepillos hasta su próximo lavado.
Pelo rizado: Normalmente es un pelo muy voluminoso, le afectan los agentes externos e incluso le pueden dañar. Si hay más o menos humedad, puede que tenga más o menos encrespamiento, por ejemplo, por lo que debemos de tener más cuidado. Para lavar este tipo de cabello, te recomendamos un champú que sea específico para pelo rizado, que hidrate en profundidad, y que reseque lo mínimo, que contenga por ejemplo coco, oliva o almendra, para poder siempre dar un extra de hidratación y desenredarlo únicamente con un cepillo de púas anchas o bien con los propios dedos, de esta forma, no tiraremos de la raíz y no se caerá nada, ni se retirará de forma demasiado busca.
Pelo crespo: Hablamos de un pelo extra rizado, o más bien afro. Aunque pueda parecer lo contrario, es un pelo especialmente quebradizo. En este caso, se recomienda lavar como mínimo posible, porque es un pelo al que cuesta mucho quitarle la humedad, lo que hace que en la raíz se mantenga demasiada agua y fomente su caída. Pero al igual que decimos esto, debemos de señalar que necesita siempre tener una hidratación mucho mayor que el resto de los cabellos, y que esto es lo que hará que puedas desenredarlo sin problemas con un peine de púas anchas y lo más separadas posibles.
En el caso de las melenas rizadas, lo importante es que las púas estén separadas, que no se tire al desenredarlo y que, una vez hecho tras el lavado, no vuelva a ser cepillado y se acomode con las manos, mientras que el pelo liso, puede y necesita cepillados para que parezca que está cuidado.
Cepillar debidamente la melena, es lo que marcará la diferencia entre un palo descuidado, y un pelo sano y lustroso.