La canguro en casa, puede encontrarse con un niño que juegue con un amigo imaginario. Muchas son las preguntas que brotan en los progenitores cuando ven a sus hijos jugar con una persona que solo existe en la psique del pequeño ¿Es muy normal que el pequeño tenga un amigo imaginario? ¿Desea decir que el pequeño tiene una falta que le lleva a inventarse sus compañeros? La Asociación De España de Pediatría, AEPED, apunta que no hay por qué razón preocuparse en este sentido puesto que apunta que en la mayor parte de las ocasiones los amigos imaginarios son la traducción del desarrollo de la imaginación de los pequeños.
Tener amigos es algo esencial a lo largo de la niñez. Compartir el ocio con otros pequeños hace que el pequeño desarrolle sus habilidades sociales y contribuye al desarrollo sensible. A veces, la busca de estas amistades lleva a los pequeños a crearse amigos en su imaginación, un hecho que preocupa a los progenitores que no comprenden por qué razón sus hijos recurren a los amigos imaginarios para tener acompañantes con los que jugar y pasar el tiempo.
Amigos imaginarios: ¿son homónimo de falta de cariño?
La AEPED es clara en este sentido y estima que “un amigo imaginario no guarda relación con una falta de cariño en el pequeño, por lo menos en la mayor parte de las ocasiones”. Esta asociación apunta a que estos compañeros inventados se deben al desarrollo de la fantasía y también imaginación infantil, con lo que de entrada no hay que preocuparse por una posible falta cariñosa en los hijos como generalmente se piensa. La canguro en casa observará al pequeño en sus juegos con el amigo imaginario y también puede participar.
La AEPED apunta que tener un amigo imaginario es otra forma de efectuar una representación mental y después jugar con ella, como cuando el pequeño finge que charla por un móvil invisible o bien chuta un balón que solo ve. La AEPED apunta que cuando menos al treinta por ciento de los pequeños en España tienen un amigo imaginario, con lo que a priori es más frecuente de lo que se piensa. Este organismo asimismo apunta a que la aparición de estas amistades acostumbran a aparecer en torno a los un par de años y concluyen a los 7.
¿Qué deben hacer los progenitores y la canguro en casa frente a un amigo imaginario?
De entrada la aparición de un amigo imaginario no debe intranquilizar a los progenitores por el hecho de que como ya se ha dicho solo es el resultado de la evolución de la imaginación infantil. No hay que interceder en este juego siempre y cuando esta actividad se traduzca en un instante feliz para el pequeño. En verdad la AEPED estima que el pequeño que crea en su psique un amigo tiene mayor capacidad de entender las conmuevas y las opiniones del resto.
O sea, el pequeño que cuenta con una amistad imaginaria tiene una mayor empatía sensible, con lo que esto contribuirá a su interacción en el futuro con personas reales. Además de esto, la AEPED asimismo apunta el juego simbólico es esencial para desarrollar habilidades cognitivas, lingüísticas y sociales. Sin embargo, esta asociación asimismo apunta que si se observa que la presencia de esta compañía de fantasía provoca malestar, ansiedad o bien temor en el niño; va a haber que preguntar con el pediatra para buscar una solución.
¿De qué manera son los amigos imaginarios?
Pese a que solo son los pequeños quienes pueden ver a estas amistades, los progenitores y la canguro en casa, sí se pueden hacer una idea de la manera que tienen estas compañías puesto que en la mayor parte de los casos comparten unas peculiaridades determinadas.
Un amigo imaginario prácticamente siempre y en todo momento es un ente con súper poderes que al pequeño le agradaría tener y que plasma en esta creación y alguien afable que siempre y en todo momento le va a brindar apoyo y cariño. Un caso común es un amigo sabio que descansa en su hombre y que tiene la contestación a todo.
Esta amistad asimismo contribuye a la autoconfianza del pequeño en tanto que se va a sentir más cómodo en su compañía. Una seguridad que le asistirá en el momento de enfrentarse a ciertos inconvenientes, con lo que su autoestima se va a ver acrecentada. Por este motivo los progenitores no deben ni refrenar ni promover la existencia de un amigo imaginario, eso sí, va a haber que tener dejar clara la responsabilidad del pequeño cuando este le eche la culpa a su amigo imaginario.
Los amigos imaginarios acostumbran a desaparecer en torno a los 7 años, esto es, cuando el pequeño empieza a madurar y entabla amistades con compañeros reales que reemplazan a los de su fantasía. Por esta razón, como se ha dicho ya antes, es bueno sostener la calma frente a la presencia de una compañía de este género y solo interceder cuando esta se revele como perjudicial para el pequeño.
La canguro en casa, debe contemplar este proceso con naturalidad en el mundo de los juegos y fantasía de los pequeños.