Correr es una actividad física que puede ser beneficiosa para personas de todas las edades, incluyendo aquellos que tienen 60 años o más. No importa si nunca has corrido antes o si hace tiempo que no lo haces, empezar a correr a partir de los 60 años puede ser una excelente manera de mantenerse en forma, mejorar la salud cardiovascular y disfrutar de los beneficios físicos y mentales que ofrece esta actividad. A continuación, se presentan algunos consejos útiles para aquellos que deseen comenzar a correr a partir de los 60 años.
Antes de comenzar cualquier programa de ejercicio, es importante consultar a un médico para asegurarse de que estás en condiciones físicas adecuadas para correr. Tu médico podrá evaluar tu salud general y brindarte orientación específica sobre cómo empezar a correr de manera segura. Esto es especialmente importante si tienes alguna condición de salud preexistente o si has estado inactivo durante mucho tiempo.
Una vez que hayas obtenido el visto bueno médico, es recomendable comenzar con un enfoque gradual. Esto significa que es importante empezar despacio y aumentar progresivamente la intensidad y la duración de tus sesiones de carrera. Es posible que desees considerar el método de intervalos, que implica alternar períodos cortos de carrera con períodos de caminata. Por ejemplo, puedes comenzar corriendo durante un minuto y luego caminar durante dos minutos, y luego repetir esta secuencia varias veces durante tu sesión de entrenamiento. A medida que te sientas más cómodo, puedes ir aumentando gradualmente la proporción de tiempo que corres en comparación con el tiempo que caminas.
El calentamiento antes de correr es fundamental, sin importar la edad. Asegúrate de dedicar unos minutos a estirar y calentar tus músculos antes de cada sesión de carrera. Esto ayudará a preparar tu cuerpo para el ejercicio, mejorará tu flexibilidad y reducirá el riesgo de lesiones. Algunos ejercicios de calentamiento efectivos incluyen estiramientos dinámicos, como balancear los brazos y las piernas, rotaciones de cuello y movimientos suaves de los tobillos.
Es importante escuchar a tu cuerpo mientras corres. Si sientes algún dolor o molestia, detente y tómate un descanso. Es normal sentir un poco de fatiga muscular después de correr, pero el dolor agudo o persistente puede ser un signo de lesión y es importante no ignorarlo. No tengas miedo de tomar días de descanso o reducir la intensidad si sientes que tu cuerpo lo necesita. Escucha tus límites y adapta tu entrenamiento en consecuencia.
La elección del calzado adecuado es esencial al comenzar a correr. Asegúrate de invertir en un par de zapatillas de running de calidad que te brinden un buen soporte y amortiguación. Busca una tienda especializada donde puedas recibir asesoramiento de expertos y encontrar el calzado que se adapte mejor a tus necesidades y tipo de pie. Un buen par de zapatillas de running puede ayudar a prevenir lesiones y mejorar tu experiencia de carrera.
Además de correr, es beneficioso complementar tu programa de entrenamiento con ejercicios de fortalecimiento muscular y flexibilidad. El fortalecimiento de los músculos de las piernas, la cadera y el core es fundamental a cualquier edad, pero más aún a partir de los 60 años. Por ello, realizar una serie de rutinas de musculación suave te vendrán estupendamente.
En resumen, desde aquí te recomendamos que te inicies en el mundo del running, ya que ¡nunca es tarde!.